miércoles, 29 de enero de 2014

RESPONSO POR EL MEJOR
CAMIONERO DEL NORTE[1]


¿Quién no conoció en Matagalpa y Jinotega a “Escalera”?
Miguel Ángel Altamirano, no era cualquier chofer.
Era el mejor camionero del Norte.
                                                            Se levantaba
más allá de sus 6 pies, fortaleza de mocetón
                    (30 años no cumplidos todavía)
cuando el sol es de azafrán y el cielo parece cóncavo
Sobre las aguas de Apanás.[2]
A mí me gustaba verlo comer: hundía toda su humanidad
en el plato y disfrutaba de las sopas con que lo habían
                                                     alimentado de niño.
Con su fusil terciado sobre el pecho como crucifijo
Saludaba a los camioneros y a sus compañeros
                                                                                     reservistas.
Se veía en su vehículo, lo limpiaba
como a un niño que hay que asear temprano
y lo regañaba si no marchaba bien.
Elogiaba al WAZ,[3] hablaba de sus defectos,
se asustaba del cilindraje de su fuerza,
conversaba con él como un viejo amigo de aventuras.
Conocía cada émbolo de la máquina,
los cielos y reciclajes de pistones y anillos,
el culebreo del cigüeñal, los chisperos y platinos,
la culata y las conchas, el carburador y los empaques,
como si los hubiera diseñado y ensamblado él mismo.
                        Ningún accidente en 13 años
y no había trocha o camino que no atravesara
raudo pocoyo entre los cafetales.
Riéndose siempre riéndose hasta en las adversidades
y gritando hijueputazos cuando las llantas FIRESTONE
se chorreaban sobre el peralte de una curva,
mientras todos los que íbamos con él hacíamos coro
contagiados de sus carcajadas y dominio.
“Escalera” decía que llevaba la vida en la bolsa del
                                                                                          pantalón
y con él fui a Sisle, San Marcos, Mancotal, Sacaclís…
pueblos y lugares verdes de este país en guerra
donde los caminos están erizos de emboscadas.

2

Hoy domingo la 368 Brigada amaneció sin su chofer,
las trochas y carreteras del norte no lo volverán a ver
                                                                  en tránsito,
los timones sienten cierto vacío,
los camiones pesados como para él perdieron su mejor
                                                                                   conductor.
El WAZ y cuatro compañeros más del SMR[4] ardieron junto
                                                                                                  con él
(6 pies reducidos a un metro de carne y carbón. Los
                                                                                         guardias
                                                             los guardias)[5]
A mí me había invitado para que ayer sábado
nos bebiéramos una sopa de mondongo
pero quedó pendiente y para siempre.
Desde el cobertizo de la casa donde vivo aquí en Jinotega
Sentado a la sombra de unas avispas florecidas
                le estoy diciendo adiós a “Escalera”
un cambio de luces, una seña, un pitazo que no
                                                                                     responde…
allá va por la esquina, sobre la calle que da al cerro
                               Chirinawa
donde murió Germán,[6] donde cae el sol a diario,
una multitud avanza detrás de su féretro
como si fuera ascendiendo sobre su espalda,
como si el pueblo fuera subiendo por “Escalera” al cielo.

Jinotega, septiembre de 1987.









[2] Lago del norte de Nicaragua.
[3] Vehículo militar de comando, fabricado por la Unión Soviética en una fábrica situada en los montes Urales.
[4] SMR: Servicio Militar de Reserva.
[5] Es decir “la contra”, dirigida por oficiales de la extinta Guardia Nacional Somocista, derrocados del poder político el 19 de julio de1979.
[6] Comandante Germán Pomares Ordóñez, Héroe Nacional de Nicaragua, cae en combate el 24 de mayo de 1979 a escasos 2 meses antes de la alcanzar a ver la victoria del pueblo de Nicaragua contra la dictadura militar.

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